Tendencias nutricionales: Desmintamos los mitos
Hay tantas fuentes y recursos educacionales acerca de la nutrición y lo más propicio para la salud. Entre tanto concepto erróneo, puede resultar difícil saber qué afirmaciones son confiables por justificarse en la evidencia. Por tanto, ayuda mucho poder tomar decisiones informadas y bien entendidas sobre la alimentación saludable, como lo son las etiquetas nutricionales. Veamos pues mitos contra hechos, la práctica que conduzca a datos creíbles, y la información necesaria para navegar hacia las mejores decisiones respecto a nuestra alimentación y abordar el tema de manera sostenible.
Importantes aspectos educativos
Es importante reflexionar sobre sus costumbres personales, creencias y aspectos en torno a la alimentación y la nutrición. Conviene tomar tiempo para el pensamiento crítico y así, permitirnos llegar al corazón y meollo analítico de nuestras decisiones.
Forme y establezca metas específicas en torno a lo que desea y cómo obtenerlo. Considere lo que le haya funcionado anteriormente y lo que no, y proceda según lo que aprendió para alcanzar el éxito.
Pregúntese el porqué cree usted lo que cree e investigue dónde lo aprendió.
Tenga cuidado con las ‘recomendaciones’ que tal haya escuchado a través de las redes sociales, o de su entrenador personal, de algún vecino, o de un familiar.
En vez de ello, obtenga datos de fuentes confiables, como de parte de una dietista registrada, de médicos profesionales, o de estudios de investigación científica.
Haga preguntas y pida apoyo.
Abundan los conceptos erróneos en torno a la nutrición. Para procurar una alimentación que fomente la buena salud, es importante fijarnos en, y acatar, los datos y los hechos.
Grasas y aceites saludables
Concepto erróneo: mensajes conflictivos sobre grasas y aceites saludables, lo cual puede ocasionar duda y confusión; p. ej., la incertidumbre sobre alguna afirmación o comparación de que la margarina es más saludable que la mantequilla; si el aceite de coco es saludable, o si el de semillas es tóxico.
Hecho: cambiar las grasas saturadas por las no saturadas puede mejorar los niveles de colesterol y con ello, mejorar la salud general del corazón.
Limite las grasas saturadas de quesos, carne grasa, mantequilla, leche entera y aceites tropicales como el de palma o el de coco. Mejor disfrute…
Grasas saludables: aceite de oliva, aguacate, nueces, semillas y pescado.
Proteínas
Concepto erróneo: se nos dice que comamos más proteína y a la vez, no comer huevos o carne roja. A veces las carnes procesadas (del deli, tocino de pavo o carnes secas suelen promoverse como alimentos proteicos ‘saludables’).
Hecho: cumplir la idea de la calidad de los alimentos para preferir los menos procesados, p. ej., proteínas de carne magra, aves, pescado, huevos, lácteos bajos en grasa; proteína de base vegetal: frijol (incluso soya), lentejas, nueces y semillas. Minimice hasta lo posible la ingesta de carnes procesadas –no solo son altas en grasa y sodio, sino que pudieran ser un factor de riesgo de cáncer.
Carbohidratos
Concepto erróneo: que los carbohidratos nos engordan y nos enferman, lo cual nos hace dudar de la verdadera ventaja alimenticia del grano entero y de la fruta para beneficiar la salud.
Hecho: incluya carbohidratos complejos como parte de una dieta saludable. Recuerde de comer una variedad de grano procesado al mínimo como avena, arroz integral, cebada y quinoa y a la vez, limitar los productos muy procesados como el pan blanco, saladitas blancas y otros panes de harina refinada. Tome menos azúcares añadidos en las bebidas, golosinas, cereales, yogures, barras de granola (etc.), que vienen azucaradas.
El control de peso / la composición del organismo
Concepto erróneo: conjeturas sobre simplificadas que suponen un beneficio al comer menos y hacer más ejercicio para lograr un peso saludable. Esto a veces conlleva la sensación de fracaso y pena por pensar que estábamos “haciendo todo lo correcto”. A veces pasamos por alto factores subyacentes cuando nos esforzamos por obtener una buena salud.
Hecho: tratar de comer saludable para centrarnos en una dieta cuya base sea de plantas y alta en fibra. Incluir una variedad de verduras coloridas, grano entero, frijol, lentejas, nueces, semillas, hierbas y especias. El alimento de plantas ofrece la rica ventaja de fibra saludable al corazón y una abundancia de vitaminas, minerales, fitonutrientes, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios.
Para fomentar un estilo de vida saludable es crítico comer alimentos de calidad. Hasta donde pueda, escoja alimentos frescos y caseros; consuma menos comida procesada, la de conveniencia o de restaurantes. Trate de preparar su propia comida para controlar mejor los ingredientes y la cantidad de grasa, sodio y azúcar en sus alimentos.
Recuerde que la dieta saludable y las rutinas de ejercicio físico pueden aparentar ser –y en efecto llegar a ser– diferentes para cada persona.
Fomente decisiones en pro de un estilo de vida que logre su meta personal de salud.
Practique comer con conciencia. Coma con atención plena mientras escucha el nivel de hambre del organismo y cuando éste se haya llenado. Coma intuitivamente, confíe en sí mismo y seleccione alimentos que le nutran y abastezcan su necesidad.
Sea específica al trazar sus metas de salud y bienestar.
Sea realista al poner su mira sobre una salud óptima –no importa peso, forma o talla.
Descubra maneras de mover el cuerpo a través de actividades que disfrute.
Trabaje con empeño para crear hábitos sostenibles de salud a largo plazo.
Recetas
La receta del mes: ensalada de huevo alta en proteína
De la cocina de Jamie a la suya, nuestras recetas mensuales se publican en nuestro sitio Internet y en las redes sociales. Le invitamos a navegar ahí la colección de recetas y que vuelva a menudo para descubrir otras ricas recetas; claro, también saludables para el corazón.
Autora colaboradora: Jamie Libera, RD, LD, CCTD, dietista registrada, Providence.